Porque el lujo está en lo más sencillo y natural, mi amigo Nico me acerca a un paraíso al que siempre he querido y quiero pisar: Cabo Polonio, Uruguay. Donde la pureza de la naturaleza se funde con la del ser humano... Gracias Nico!
El sonido del
océano reposa en los oídos a toda hora,
la comodidad que puede ofrecer una simple construcción, pero que mantiene ese
toque hogareño majestuoso, y la luz tenue por la noche alumbrando la cerámica
del piso. Son algunas de las señales que reflejan la paz reinante en esta casa
del balneario, Cabo Polonio, ubicado en el departamento de Rocha, al este de
Uruguay. Su escenario reúne a la playa,
lobos marinos, y el Atlántico.
Si bien lo
normal es que caiga dentro del rótulo de “casa de veraneo”, su calidez, y el
hecho de contar con una estufa a leña, hacen que se medite la posibilidad de
disfrutar su encanto también durante el invierno.
El material
se establece como principal elemento en su obra. Sus muebles y accesorios rompen con la idea de la ostentación,
por lo que la utilización de pocos recursos, y el buen gusto se dan la mano.
Todo
esto sin haber nombrado a los exquisitos atardeceres, de los que se puede ser
el único testigo, teniendo en cuenta el aire de privacidad que se respira en
este tipo de ambientes.
Un juego de
naipes o ajedrez mientras se observa el vaivén de las olas, oír música por la
noche sobre las rocas, o dejarse llevar por la frescura de una brisa que nos
recuerda que para sentirnos llenos por dentro, no hacen falta la presencia de
grandes lujos afuera.
Texto: Nico Oroño
Fotos: www.cabopolonio.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario